viernes, 7 de febrero de 2014

Los chimpancés recuerdan quienes son los socios de los demás y predicen su comportamiento




Roman M. WittigCatherine CrockfordKevin E. Langergraber y Klaus Zuberbühler han llevado a cabo experimentos con 16 chimpancés salvajes del bosque de Budongo, Uganda, para probar si pueden predecir qué individuos serán socios de sus competidores y qué coaliciones se extenderán más allá del presente inmediato.

Tras producirse una lucha, unas dos horas después, los participantes escucharon grabaciones de gritos agresivos de otro chimpancé que no había estado presente, socio o no del antiguo adversario. Los sujetos miraron durante más tiempo y se alejaron si la grabación correspondía a un socio de su oponente. En caso contrario, avanzaron hacia el altavoz con mayor probabilidad.
En un segundo experimento, los investigadores emitieron una llamada amistosa de la pareja de unión del antiguo rival, unos noventa minutos después de la pelea. Luego, una hora más tarde, emitieron gritos agresivos del mismo individuo. Los antiguos luchadores se alejaron más cuando los gritos eran agresivos.

Según las conclusiones de los investigadores, los chimpancés recuerdan la lucha original y la vinculan al conocimiento de las relaciones cercanas del oponente: esperan la agresión de la pareja de unión de un oponente al escuchar sus gritos horas después de la pelea. Estos efectos están presentes a pesar de las diferencias en la relación genética y considerables retrasos de tiempo entre los dos eventos. Los chimpancés, según parece, integran los recuerdos de las interacciones sociales de distintas fuentes para hacer inferencias acerca de las interacciones actuales. Esta capacidad es fundamental para conectar las interacciones sociales triádicas a través del tiempo, un requisito para predecir el apoyo agresivo.

Chimpancés

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